jueves, 23 de julio de 2009

Ponty Mythons

I

(Se abre el telón y se ve en el centro de la escena una pareja que se saluda con dos besos ante el marco de una puerta, iluminados únicamente por una tenue luz que los ilumina desde abajo.

En la escena se puede observar una silla, una mesa de comedor, una vela encendida sobre ésta y un gran reloj de cuerda que funciona.)

- ¡Oh, has venido!

- Sí, no pude evitar notar como me mirabas en la comida y pensé que tal vez quisieras decirme algo.

- Si, veo que entendiste las señales que te envié esquivando a Juan. –una sonrisa brota en sus labios.

- ¿Y bien? ¿Cuál es el motivo de mi visita? – pregunta mientras se sienta en la silla.

- Quiero que acabes con mi vida.

-¡¿Qué dices?! – grita espantada Lucía. - ¿cómo se te ha ocurrido tal desfachatez?

- Yo no puedo hacerlo, no me atrevo. Necesito que alguien me quite la vida, el dolor de no tenerte es un infierno en el que no quiero vivir.

- ¿Pero donde se ha visto que el amante despechado le pida a su amada que le mate? Parece mentira, con la de libros que has leído sobre el tema.

- Sí, por eso mismo, en la mayoría de los libros de desamor que he leído se convierte la muerte en algo trágico, en un momento de clímax, pero no quiero que mi muerte sea así, quiero que me ayudes a terminar con mi agonía, con la seguridad de que yo decido sobre mi vida , y no un arrebato pasional en el que un solo gesto tuyo hubiese detenido la muerte…

- Basta, me voy…

- Alto, necesito que lo hagas, ya está todo listo y solo necesito que pases esta noche en mi casa. – continúa su desarrollo cubriendo la puerta de la casa, Lucía lo mira inquieta, pensando que se trata de una broma macabra. – Cuando el reloj de la pared toque la medianoche, tomaré una bebida que he preparado, iré a mi cuarto y caeré en un profundo sueño. Cuando el sueño se apodere de mi, y no tenga ningún modo de huir, entonces, solo deberás clavar este puñal en mi corazón – le dice, mientras le entrega un puñal con el escudo de su familia- y así podré descansar…

(La noche se acerca, mientras el reloj del comedor canta cada segundo, y ellos discuten acerca de la macabra idea de Jaime.)

-De acuerdo, lo haré- decide Lucía al final – pero que sepas que en contra de mi voluntad, y solo porque me lo pides tú.

(La luz se apaga, mientras continúan hablando y solo la vela que iluminaba la conversación en la mesa del comedor aguarda encendida)

II

(El comedor desaparece en la penumbra de la vela que se apaga lentamente, y una cama adolselada aparece en la escena, con Jaime profundamente dormido yace en la cama)

-¡Oh! No puede ser cierto, ahí está en la cama, muriendo cada segundo que me acerco. – dice mientras se acerca paso a paso desde fuera de la escena hacia la cama con un candelabro de seis velas que iluminan la cama, su rostro y el de Jaime.

Con un certero golpe, entre silenciosos lamentos, le clava el puñal en el corazón, acabando con la vida de su amante despechado, arroja el puñal sangriento y huye corriendo en la oscuridad.

De repente se oye un fuerte golpe entre bambalinas, un contrapeso se ha roto y una de las varas se aloja en la cabeza de la actriz que hacía de Lucía.

La actriz murió en aquel preciso instante.

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